Regresión a la media.
La regresión a la media explica que, tras un valor extremo de una variable, la próxima vez obtendremos un valor más próximo a la media.
El otro día leí que existe la creencia de que pesa una maldición sobre la revista Sports Illustrated. Dicen que todos los que aparecen en la portada, que son deportistas de éxito, no tardan mucho tiempo en bajar su rendimiento deportivo.
Pensaréis que esta creencia es una leyenda urbana más, como la de la chica de la curva, pero yo creo que en este caso puede haber algo de verdad. Y no porque la revista esté maldita, sino por culpa de un fenómeno conocido como regresión a la media.
Regresión a la media
Este fenómeno dice que si medimos una variable por primera vez en un individuo determinado y obtenemos un valor extremo, la próxima vez que la midamos obtendremos un valor más próximo a la media del valor de esa variable. Esto podemos aplicarlo al caso de los deportistas.
Para salir en la portada de Sports Illustrated el deportista en cuestión tiene que estar en lo más alto de su carrera. Y desde lo más alto solo se puede ir en una dirección: hacia abajo. Así se explicaría que después de aparecer en la portada pueda verse una disminución de su rendimiento respecto al momento en que se ve encumbrado a la fama.
¿No os han dicho nunca, después de que algo os salga muy mal: no te preocupes, la próxima vez te saldrá mejor?. Pues va a resultar que hay algo de verdad matemática en esto.
Este fenómeno se utiliza en muchas facetas de la vida. Hay quien lo utiliza incluso para ganar dinero en bolsa, aunque no os recomiendo que lo intentéis, por lo que pueda pasar.
Pero este fenómeno tan simpático puede ser fuente de muchos errores en la interpretación de los resultados de experimentos científicos. Si lo pensáis, los sanos solo pueden cambiar a enfermar. Por su parte, los enfermos cambiarán (si cambian) para mejorar.
Como los tratamientos suelen ensayarse con enfermedades o factores de riesgo con valores fuera de lo común, puede ocurrir que las subsecuentes mediciones sean menos extremas por el fenómeno de regresión a la media y no por el efecto beneficioso de la intervención.
Esto explica muchas veces cómo intervenciones no eficaces pueden parecer serlo. Si tenemos un dolor horroroso y vamos probando, cuando estemos muy mal solo podremos mejorar algo. Si ese momento coincide con un remedio alternativo, pensaremos que esa es la razón de nuestra mejoría.
El fenómeno es aún más frecuente cuando seleccionamos individuos con alguna característica que varía a lo largo del tiempo, ya que la variación encontrada en las sucesivas mediciones puede deberse a la regresión a la media y no a la intervención que estemos ensayando.
¿Podemos librarnos de este engorroso fenómeno cuando hagamos nuestros estudios?. La respuesta es no. No podemos hacer que desaparezca, pero sí podemos controlarlo si utilizamos un grupo control adecuado. Como se producirá en los dos grupos, de control y de intervención, podremos distinguir el efecto de la intervención del efecto de la regresión a la media.
Nos vamos…
Para terminar deciros que este no es el único efecto que puede confundirnos a la hora de interpretar la eficacia de una intervención. Hay otros como el conocido efecto placebo (el efecto que se experimenta por ser tratado con cualquier cosa) y el efecto Hawthorne, que es el que experimentan algunos solo por saber que están siendo estudiados. Pero esa es otra historia…